martes, 20 de julio de 2010

La noche estrellada mueve sus hilos.
quisiera querer que yo te quiera,
esta noche estrellada de primavera,
para así unir nuestros destinos.

Condenada a vivir en la memoria;
tus labios se entremezclan con los míos,
jugando a besarse, como dos críos,
porque aquí comieza nuestra historia.

Mirada azul, perdida de deseo,
prisionera esta noche e mis ojos.
Con el alma rota, hecha despojos,
quisiera creer lo que no creo:

que algún día el corazón pendenciero
fuera víctima de algún hechizo,
para poder olvidar lo que hizo
y creer para siempre que te quiero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario